De la ciudad de la música a la música de la ciudad
Las expresiones artísticas están, definitivamente, influenciadas por los entornos en los que se desarrollan. Las ciudades imprimen un carácter concreto a la música. Sus calles, anchas o estrechas, la ciudad popular o el elitismo de los centros de poder, los barrios, su composición social, sus comunicaciones y flujos, los espacios de encuentro o el grado de libertad de cada momento histórico marcan indudablemente la banda sonora de la ciudad. Este biotopo deja cicatriz a las personas que hacen música y en la red de oyentes activa que las alimenta. Las llamadas escenas, que rivalizan por top charts, por disputas estériles por el nombre de la cosa o para diferenciarse y lograr éxito mercantil, son el nombre que utilizamos ahora como equivalente de las comunidades que gozaban de cada música en cada momento. Estas escenas o comunidades están fuertemente impregnadas de la vibración de la ciudad y su contexto. La rumba catalana, la onda laietana, el punk o los cabarets, todas ellas manifestaciones propias o adaptadas a los localismos de la ciudad y sus gentes, son hoy los adoquines que han hecho la calle y barricada de la música de la ciudad.
Queremos descubrir una realidad escondida, un recuerdo sepultado sobre toneladas de cemento. La música de la ciudad, sus sonidos y ruidos de ayer y hoy. Recuperar la memoria de aquellas que sacudieron la ciudad en vez de acuerdo.
El entramado urbano destinado al máximo provecho comercial, la privatización del espacio público y la presión legal sobre la calle y la música han desertizado progresivamente la música en la ciudad. Esta tendencia es la que nos ha llevado al cultivo extensivo, los macrofestivales, que minan la riqueza de un ecosistema que sobrevive porque todavía no se han prohibido las frecuencias concretas de cada nota musical. No hay lugar para las líneas de fuga en la ciudad-escaparate, y es el esfuerzo de muchas personas que se oponen a esta lógica depredadora lo que hace que todavía escuchamos, a pesar de todo, el ritmo y la melodía que nos emociona .
Queremos descubrir una realidad escondida, un recuerdo sepultado sobre toneladas de cemento. La música de la ciudad, sus sonidos y ruidos de ayer y hoy. Recuperar la memoria de aquellas que sacudieron la ciudad en vez de acuerdo. Señalar que la música tiene que volver a las calles, que forma parte indisociable de la ciudad y de nosotros. ¿Qué esconden las grietas de la ciudad? Ven a descubrirlo!
Bienvenidas al Bicibarrios 2016!
Os animamos a participar de los itinerarios de la música de la ciudad que este año nos conducirá por tres barrios de Barcelona: Eixample, Sant Martí, Ciutat Vella.
Calendario de salidas
16 octubre Eixample
13 noviembre Ciutat Vella
27 noviembre Sant Martí
INSCRIPCIONES
Per a més informació: truca al tel. 933 077 475 o escriu a inscripcions@biciclot.coop
COMO ES BICIBARRIOS
monitores y mecánico en ruta especializados de Biciclot sccl
guías especializados de la cooperativa La Ciutat Invisible
Precio: las inscripciones son gratis
Los menores de 7 años deben ir en la sillita de una bicicleta llevada por un adulto.
Los menores de 7 a 16 años tienen que ir acompañados de un adulto y tenir habilidad suficiente para la circulación urbana en grupo.
La organización no se hace responsable de aquellos participantes que no se inscriban préviamente.
La organización se reserva el derecho a cancelar la actividad en el supuesto de condiciones atmosféricas adversas o que no se cubranlas plazas mínimas.
SALIDAS BARRIO A BARRIO
Bicibarrios Eixample
En la calle de Muntaner, 83 encontramos el edificio donde nació Tete Montoliu, el 23 de marzo del 33. Sin su figura no se podría entender un género musical como el jazz y el bebop en nuestra ciudad y en toda Europa y del mundo, por donde viajó extendiendo su música. Un género que arraigó fuerte en el Eixample gracias a espacios como el Hot Club o el Atelier Club, que celebraban jam-sessions y conciertos en directo.
En este barrio también nació la mítica discográfica Edigsa (Gran Vía de las Cortes Catalanas, 654) por donde desfilaron la mayoría de artistas de la Nueva Canción como Els Setze Jutges, Maria del Mar Bonet, Pere Tàpies, Guillermina Motta, Ovidi Montllor, al Tall … Pero no sólo de Nueva Canción vivió Cataluña y precisamente en el Salón Iris (Valencia, 179) se celebró el I Festival de Música Progresiva. Este salón de combates de boxeo se convirtió en un escenario privilegiado de un género musical representado por artistas como Pau Riba, Dos + Un, Cerebrum o Música Dispersa.
Y los nuevos sonidos de los 70 en el nuevo modelo, el actual: uno de los espacios que ha disfrutado de una programación musical estable los últimos años ha sido la Antigua Fábrica de Estrella Damm (Rosselló, 515). La gran empresa cervecera, de hecho, a las fiestas de la Mercè de este año, hay inyectado 650.000 € en patrocinios y los círculos culturales de Barcelona ha empezado a debatir este modelo de quien-paga-manda. Y Estrella Damm manda mucho, tanto, que es el principal patrocinador privado de la música en Cataluña.
Bicibarrios Ciutat Vella
Visitamos el corazón de la bestia sin bombonas de oxígeno: del Cabaret más canalla de La Criolla los corbatines mafiosos del Palau de la Música. De la vida en la calle no normativizada, festiva, nocturna y picaresca de la calle de la Cera como núcleo generador de la rumba catalana, punto de encuentro popular entre Cuba y Cataluña a la visita del cubano por excelencia Antonio Machín, quien disfruta de un recuerdo en la plaza Vicenç Martorell. De la época dorada de la contracultura en la ciudad, a través de espacios como la antigua sala Zeleste, los resistentes contemporáneos a multas, cierres y normativas que mantienen viva la escena musical de la ciudad como Robadors, 23. Un distrito donde el pulso entre la vida y el mercado libran una batalla desigual y cotidiana.
Bicibarrios Sant Martí
La vida, el trabajo y el ocio. Todos los modelos en un solo distrito. Desde el Foro, dominador del «fiestòdromo« urbano con propuestas de entrada a 215 euros por tres días, a las maratonianas sesiones del Puerto Hurraco. Del concierto histórico de punk del Casino la Alianza que certificó la entrada de nuevos vientos en la ciudad en las mesas vip para guiris del Shôko. De la nueva Zeleste (ahora Razzmatazz) en la antigua sede de la cooperativa Paz y Justicia. Todos los modelos, todas las formas y su disputa en un solo distrito. Todo ello atravesado por un 22 @, proyecto de higeneització aséptica de un barrio terco que se empeña en salir del marco que le tienen preparado.